miércoles, 5 de junio de 2013

Al despertar...




Al despertar vi a mí alrededor un centenar de inútiles cosas,
donde en cada una de ellas creía encontrarme conmigo mismo;
despertaban el orgullo de mis gustos y anhelos,
era mi pequeño imperio, reflejo de mis pasiones,
pañuelo de mis desaciertos y aciertos
y cada rincón se comenzaba a llenar más y más.
Ese imperio comenzó a quedarme pequeño,
incómodo y polvoriento;
sin saberlo era la tierra que cubría mi tumba.
¡Estaba edificando con ella mi sepulcro!
Hoy estoy hastiado de ello,
mi vida no descansa en la materia de mis posesiones,
despierto sacando los escombros de mis ojos
y puedo vislumbrar en lo alto, en los cielos,
donde se halla la verdadera Gloria,
que allí hay descanso para mi alma,
que en los cofres del reino celestial están, los verdaderos tesoros,
que dirán, cuanto realmente he vivido.

Diego Emilio Corzo.

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