martes, 25 de septiembre de 2012



Amarte

Amarte es saber que existe una vida entera contigo,
es querer romper con el capricho del destino
si fuera dividir nuestras sendas.
Amarte es querer buscar la lógica del amor
que siendo ilógica, es perfecta y eterna
cuando entre nosotros está Dios.
Amarte es la disciplina del arte de todos los días,
la misma que trae la aurora cada mañana
que siendo parecida a la anterior
es completamente diferente.
Amarte es tan simple como complejo,
es una tarea dulce,
Como el labor del jardinero
que en empeño de su pasión
puede hacer de un simple vergel,
un paraíso edénico.
Amarte vida mía
es renovarme cada día,
es callar a la estrepitosa burla de la muerte,
Con el sonido leve de nuestros labios al besarnos.

Diego Emilio Corzo.


Poesía


Ya lo dijo el poeta
“mientras haya en el mundo primavera
habrá poesía” (Gustavo Adolfo Bécquer)
Hoy existen muchos falsos poetas
que vistiéndose de letras profanas
se adjudican una falsa gloria,
porque si bien, como dicen los proverbios:
“No hay nada nuevo bajo el sol”,
al verdadero poeta se le ha dado el don
de recrear lo creado,
de reinventar la vida y la muerte
en un capricho desesperado
por entender lo que se da por entendido
y no entiende.
El falso poeta llama a las cosas por su nombre,
sólo las decora tratando de semejarla
a lo que supone está de vanguardia,
porque su fin es el aplauso.
En cambio el verdadero poeta
anda errante, buscando parte de sí mismo
en los márgenes de los espejos,
o a campo abierto,
en las piedras, las flores,
las aguas, en su prójimo,
en algún romance no entendido,
en todas las religiones;
habla del cielo,
sólo si siente haber rosado el infierno.
Vivirá cien vidas en su única existencia,
porque si bien el tiempo no perdona
él no perdona al tiempo,
lo transgrede con el poder de su poesía lacerante,
como millares de saetas lanzadas hacia la nada,
no detiene la marcha en su mano que empuña la pluma,
ni en la rendición de los cobardes;
no se duerme en las glorias humanas
ni en los aplausos aduladores,
simplemente sin saberlo
él trasciende la muerte.

Diego Emilio Corzo. 


domingo, 9 de septiembre de 2012

Podrán...

Podrán desearme la muerte mis enemigos
y permaneceré inalterable.
Podrán prevaricar las malas lenguas
sobre mi persona,
y mi alma se mantendrá inmutable.
Podrán poner mi cuerpo bajo el candente fuego rojo
pero pese al dolor de mis carnes
no conseguirán sacar de mis labios palabras de rendición;
pero vida mía,
si te perdiera porque el destino nos dividiera,
me amigaría de la muerte
me sometería a los prevaricadores
y bajo el candente fuego rojo,
mi cuerpo solo repetiría tu nombre.

Diego Emilio Corzo.